sábado, 24 de marzo de 2007

Perfil de los educadores especializados



Durante la clase de ayer, el tema se centró en el perfil de los educadores especializados. Johanna, hablando en relación al educador de los niños de la calle, se refirió a un término interesante: que éste debe ser un "amigo gratuito". El Lic. Wuilman abordó ese punto con una anécdota sobre un educador, que laboraba en una conocida ONG que trabajaba con estos niños, quien llevó a un grupo de ellos a su casa y mientras salía para comprar una pizza, le robaron todo cuanto tenía.
Me imagino que en su corazón hubiera deseado tener la oportunidad de decir: "Hermanos míos, vosotros no pertenecéis al mal, sino al bien. Yo compro vuestra alma; yo la libro de las negras ideas y del espíritu de perdición, y la consagro a Dios" como el obispo Bienvenido se dirigió a Jean Valjean, cambiando la vida de un miserable exconvicto...

Debe ser difícil trazar la línea entre el afecto sincero y el estricto campo profesional... Bueno, al menos yo... creo que no podría... no creo que tendría la capacidad de enfrentarme de cerca al dolor de los niños que, de entre todos los niños, son los más vulnerables; y cuando veo esos cuerpecitos escuálidos sobre el asfalto caliente durante el día, o cruelmente frío durante las noches, noches que para ellos han de resultar interminables, mi corazón se conmueve de dolor, de frustración, de impotencia, de justa indignación de cómo el mundo puede contener tan grave injusticia!!

Encontré este texto maravilloso de Alberto Masferrer:


"Si bien lo reflexionamos, nada hay más que pueda inquietarnos que este asunto de los niños. Todo hombre prudente, al hallarse en presencia de un niño, habrá de sentir, no sólo la inquietud sino temor; porque en verdad, este niño puede ser la causa de que a él se le pidan cuentas muy estrechas. Tomemos pues, un niño de cinco años, sea quien fuere, que sus padres sean ignorantes o instruidos, buenos o perversos, ricos o pobres. Tal niño hasta ahora, es un inocente... No ha matado, no ha robado, no ha calumniado. No es él quien juró perjurando, no es él quien explotó la miseria de su prójimo, no es él quien torturó, quien falló injustamente, quien tiranizó a sus compatriotas, quien falsificó la medicina, quien despojó, ni amasó, en fin, su pan con el dolor y la verguenza ajenos... El destino cierne sobre él todos sus misterios, sin que él pueda ni aún sospechar qué habrá para él en las entrañas de esa nube que se llama mañana.Mas abrid los ojos y veréis que tras de él, una mano desconocida y amenazadora traza el signo de interrogación y os dice: ¿qué haréis con este niño?


Ahora nos toca responder, o prepararnos para la respuesta. No habrán pasado quince años, menos acaso, y otra vez más visible y amenazante, veréis aquel signo interrogador que os pregunta: ¿qué hicisteis de aquel niño? En verdad, jamás habrá herido los oídos pregunta más terrible. Porque ya no será siquiera la voz que dice a Caín: ¿qué has hecho de tu hermano? sino ésta, cien veces más severa y amenazadora, que nos dirá: ¿Qué hiciste de aquél ángel? ¿Qué hiciste de aquella florecita? ¿Qué hiciste de aquel inocente que ignoraba lo que era el mal; de aquel parjarito que no sabía sino cantar a la aurora y adormecerse con la tarde?


Y tú y yo, nosotros todos, habremos de responder, sin mentira, sin preámbulos, sin embrollos, sin flores de retórica, ni citas de historia, ni interpretación alguna de códigos, sin enredo algunmo de los que sirven para evitar la condena: "Hicimos este ladrón, o hicimos este jugador, o hicimos este asesino, o hicimos esta prostituta, o hicimos este verdugo."


Duro, durísimo trance aquel, y no dudo en que trataremos de esquivarlo. Por mí estoy dispuesto a que nos escondamos en la más oscura caverna, detrás de la roca más inaccesible, en el desierto más desolado, en las entrañas mismas de la tierra, y, si es preciso en el seno mismo de la muerte.


Mas, ¡ay! ¿a dónde iremos que aquella voz no nos alcance y aquellos ojos no nos descubran? No, todo será inútil y habrá que hacerse presente y responder.
¿No es verdad que es cosa terrible esto de tener que hacer con los niños?
Por eso decimos, bienaventurados los hombres que comprendieron la fuerza y la necesidad de aquel precepto que dice: enseñad a los que no saben; bienaventurados los pueblos donde los que mandan y los que obedecen, saben y practican que todo progreso es mentido, toda ley inútil y dañosa, toda institución deleznable, si no se atiende antes a cultivar al hombre; bienaventurados en fin, los que según sus fuerzas y su espíritu sencillo, se aplican a sus prójimos a dar el pan espiritual."

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